Justicia, paz y gozo, es nuestro estilo de vida

Nuestra justicia: cada uno es responsable de sí mismo, y de sus actos, ojo por ojo, diente por diente. Pero…

La justicia de Dios: Dios se hace responsable de nosotros. Nos justifica. Nos perdona. Nosotros, por tanto, debemos hacernos responsables del otro. Justificar, no ser justicieros. “La misericordia triunfa sobre el juicio” Santiago 2:13

Nos volcamos en el otro, pensamos en ganar-ganar. Incluso a riesgo de perder, por confiar. Así es Jesús. No tenemos enemigos.

“No agradándose a sí mismo…” No hacemos lo que nos agrada, solamente; eso nos convierte en esclavos y bebés egoístas; sino lo que debemos. Detrás de nuestro deber está nuestra mejor versión, como Jesús.

La paz no es ausencia de guerra, sino ausencia de inquietud interior. Es shalom, armonía, incluso en medio de las disonancias de la vida. Una paz que sobrepasa todo entendimiento. Como la paz de Jesús.